martes, 8 de noviembre de 2011

VIVIR RODANDO (Tom DiCillo. 1995)


Una película que hace metacine, al transcurrir en un día de rodaje de una obra de bajo presupuesto de cine independiente. Muestra con cercanía lo difícil que a veces resulta conseguir en la vida hasta lo más sencillo, como rodar una corta escena. Se trata fundamentalmente de una comedia -aunque, desde cierta perspectiva, podría considerarse también un drama-, con unos personajes de personalidades bien marcadas y que uno se puede creer sin problemas.

Destacaría su sencillez y el ritmo tan bueno que han conseguido imprimirle; se te pasa volando, te encariñas de los personajes y las situaciones, y te puedes reir un buen puñado de veces. Además, se nota que es un homenaje a todos esos entrañables locos que sueñan en celuloide.

Muy recomendable.






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