sábado, 28 de marzo de 2009

E.T: EL EXTRATERRESTRE

No ví esta película en su estreno (aquí me falló el padre); pero –como decía en el post anterior– el poder evocador de su cartelera ya me lanzó a imaginar, reforzado por el merchandising de la época: muñequitos, pegatinas en el phoskitos…etc ¿Cómo será esta película? –me preguntaba, porque lo cierto es que estaba en boca de todo el mundo –fue todo un fenómeno–, mientras yo creaba mi propia versión versión en la sala oscura de mi cabeza.

Mi padre corregió su error unos años después. Tendría ocho, nueve años (habíamos dejado ya Arganda del rey y todo), cuando me llevó a un cine en sesión de tarde a verla. Yo, emocionado, removía mis viejas hipótesis sobre lo que me iba a encontrar. Y más emocionado aún que salí, con una congoja y unas ganas de llorar tremendas –creo que fue la primera película me provocó algo así–. Tiene un sustrato de profundísima tristeza, y creo que capta la percepción infantil del mundo de forma admirable –precisamente, yo tendría la edad de Elliot cuando la ví :)

Y es que Spielberg es un genio, cuando quiere.

miércoles, 25 de marzo de 2009

PHANTASM





Hay películas que, siendo verdaderos truños cinematográficos, poseen, sin embargo, la capacidad de perdurar en nuestra memoria, ya sea por su ambientación, alguna escena o cualquier otro elemento. Yo recuerdo esta película por dos cosas: [SPOILER] un perturbador momento en el que una esfera de metal voladora con dos taladros se clava en los ojos de un pobre desgraciado, soltando un chorro de sangre por su parte posterior, a modo de desagüe. [SPOILER]

La otra cosa fue su cartelera; transmite el concepto “tápate los ojos cuánto quieras, pero seguirás viendo el horror”.





Y es que los niños de antes teníamos una costumbre al ver pelis de miedo, que ignoro si seguirá vigente: mirábamos la pantalla a través de la rejilla de nuestros dedos, como si el exceso de terror inasumible fuese a quedarse bloqueado en tan fabuloso filtro…De alguna forma, era reconocer que nuestra sensibilidad podía resultar herida en cualquier momento, pero no por ello íbamos a renunciar al morbo de saber qué estaba a punto de ocurrir…

Aquí comenzó mi atracción por las carteleras y portadas, ya fueran de películas, juegos, libros…su poder evocador, el acicate para imaginar y empezar a crear tu hipótesis de lo que iba la historia, de qué podrías encontrar, era más valioso que el contenido en sí. Creo que gran parte de mi imaginación se la debo a esta forma de arte, tantas veces utilizado como “envoltorio” de productos nefastos.

Y bueno, supongo que las nuevas generaciones se partirán de risa con lo que a nosotros nos causaba espanto :)

domingo, 22 de marzo de 2009

¿RECUERDAS? (3): Los juegos de agua Geyper

El paso del tiempo, la tecnología, han condenado al olvido a montones de entrañables juegos. Hoy recuerdo los juegos de agua Geyper: los había de mil y una formas, tamaños y colores, pero la mecánica era la misma: había que pulsar un botón repetidamente para generar corrientes de agua dentro del depósito, donde flotaban unos anillos de plástico de colorines que había que intentar enganchar en barritas y cubículos puestos a tal efecto. De acuerdo, sería una chorrada, pero ahí estabas, entreteniddo como un tontaina dándole al botoncito. Además tenía su toque Zen el asunto: precisión, equilibrio, paciencia…eran fundamentales para conseguir el objetivo del juego, o acababas desquiciado de los nervios, os lo aseguro XD.



Anda, prueba ahora a quitarle a un niño su Nintendo DS y cambiárselo por uno de estos…tendrás suerte si no te da en la cabeza…

Y es una pena, porque algunas generaciones de niños conjugamos la fascinación de los juegos electrónicos con la diversión de los clásicos.

Pobres chicos…nunca sabrán lo que se perdieron.

miércoles, 11 de marzo de 2009

INVASORES DE MARTE


Antes la televisión no solo servía para dispararte basura a la cara y ayudarte a odiar aún más al género humano. También echaban buenas películas. Juraría que ésta fue la primera que me impactó por su decidida mezcla de terror/suspense con la ciencia-ficción. En ella, los marcianos no invadían la tierra de cara a lo “Guerra de los mundos” sino que, sibilinamente, se iban apoderando de tus seres queridos, dejando como única huella una marca/cicatriz en su nuca, un extraño comportamiento y una voz espeluznante al verse descubiertos…

La película es del año 1953 (luego tuvo un remake en el 86, de Tobe Hooper) y, como muchas de su época (recordemos la posterior “La invasión de los ultracuerpos”) está imbuida de la paranoia anticomunista “Mcartiana”. Si obviamos el pueril mensaje y lectura tipo “tu abuelita puede haberse hecho comunista por la noche mientras dormía ¡Interrógala, americano de bien! Y mátala si es preciso, que eso se contagia rápido…”, si lo obviamos digo, nos queda una interesante historia.

Yo aún recuerdo la pesadillesca escena donde el protagonista descubre la marca en la nuca de quien menos espera, y se da la vuelta, señalándole, para emitir aquella horrible voz…


Pd: Vale, ver la película ahora supone risas aseguradas, pero cuando la ves siendo un mocoso de los ochenta…es otro cantar :)

viernes, 6 de marzo de 2009

¿RECUERDAS? (2) -Bienvenido a los videojuegos: La consola Videopac de Philips



Pero en aquel Coeba no sólo había maquetas de Ibertren. Allí descubrí también un artefacto que sacudió como un terremoto mi pequeño cerebrín: la consola Videopac de Philips, y los primeros videojuegos que pasaban delante de mis sorprendidos ojos. Aquello era como verte inmerso en una película, cuyo desarrollo dependía de tu habilidad; lo nunca visto, vamos. Un vecino (que por cierto, se haría después ingeniero de telecomunicaciones ¡Saludos, Ángel Luis!) me dio un catálogo con imágenes –Pacman, navecillas, incluso una versión del “Señor de los anillos”–. Me pasé meses suspirando por tener una…y no, no la conseguí XD.





Ahora, quien más, quien menos, tiene una Wii, una DS o una Playstation en su casa; han devenido en una afición popular, dejando a un lado el injusto prejuicio y la etiqueta de “juegos para críos”. Y yo me alegro, porque si el cine es el séptimo arte, considero que el videojuego debería ser el octavo. Quien los conoce, sabe de lo que hablo: guión, música, diseño gráfico, programación…el trabajo artístico que hay detrás de ellos es extraordinario, y pocas veces reconocido.

Y todo para ofrecernos mundos imposibles, donde la imaginación reina.